Los embutidos son alimentos imprescindibles durante navidades. Especialmente, el jamón ibérico. También aunque en menor medida, sería el lomo ibérico. Y ambos serían más saludables que otros embutidos. Pero veamos qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir y tomarlos.

"Los embutidos más recomendables son aquellos menos procesados, que sean curados, ibéricos y más magros", afirma a laSexta.com Claudia Gras Sainz-Pardo, miembro de la Comisión de Nutrición Comunitaria del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa).

Precisamente, por ello lo ideal o lo preferible serían comprarlos en carnicerías de calidad, antes que en la sección de charcutería del supermercado.

Sin embargo, si optamos por comprarlos de supermercado, ya que es la más fácil, sencilla y accesible para la mayoría, lo aconsejable sería fijarnos en lo siguiente:

  • El porcentaje del producto cárnico en sí. Éste debe ser superior al 90%, ya que al tratarse de un procesado, el resto corresponderá a otro tipo de carne de peor calidad, grasa, sal, almidón, azúcares, lactosa, conservantes, etc. Ingredientes que, a largo plazo, pueden ser muy perjudiciales para nuestras arterias y para nuestra salud cardiovascular, en general.
  • Dentro de lo que es esa comprobación del etiquetado (y que dentro de cada variedad de producto la calidad puede ser muy diferente), hay diversos embutidos que pueden ser "mejores" como es el jamón york, el jamón serrano, el lomo curado de pavo y de cerdo ibérico, la cecina, pechugas de pollo y pavo asadas.
  • Y por lo general, otros serán de peor calidad, al haber sido mezclado el producto cárnico con un mayor número de elementos "de relleno", grasa y conservantes, como las mortadelas, el salchichón, las salchichas, el fuet y el chorizo.

Jamón ibérico y lomo ibérico, los embutidos de más calidad

"Ambos alimentos son embutidos de mayor calidad, al ser del tipo ibérico, de carne más magra, y que no tiene un gran porcentaje graso, sobre todo en comparación con el resto de productos del mismo grupo", asegura Gras Sainz-Pardo.

Tanto el lomo ibérico como el jamón ibérico son nutricionalmente muy parecidos, ya que "los dos son una fuente de proteínas de alto valor biológico, de una amplia variedad de minerales y de las vitaminas del grupo B", explica la experta.

La principal diferencia entre ambos productos sería el porcentaje graso, siendo mayor en el caso del jamón ibérico mayor: el porcentaje de grasa estaría en torno al 20%. En el caso del lomo ibérico, la media estaría en el 15%.

Por último y si tuviéramos que elegir uno de ellos o bien "si priorizamos o buscamos un producto menos calórico y graso, optariamos por el lomo ibérico. Si bien, ambos productos -lomo ibérico y jamón ibérico- son muy interesantes nutricionalmente", asegura la experta. Siempre eso sí, teniendo en cuenta la cantidad, la forma de tomarlos y el contexto de una dieta saludable.

Cantidad de embutidos que no deberías sobrepasar a la semana

Los embutidos se engloban dentro de los llamadas carnes procesadas y por ello no son alimentos para consumir de forma regular sino que su consumo se engloba dentro del consumo ocasional.

Es cierto, sostiene la experta en nutrición, que "no se podría definir o fijar una cantidad concreta y estable para todo el mundo, ya que no solo varía el tipo y la calidad del embutido, sino la persona que lo está consumiendo.

Esto es, "ese mismo trozo de salchichón no va afectar de la misma manera a una persona que come de forma general saludablemente, que a una que no; así como si esa persona es activa físicamente y hace deporte, con respecto a la que no", aclara la experta de CODiNuCoVa.

Realmente, las Navidades corresponden a un espacio muy corto de tiempo, dentro de lo que son los 365 días del año. Por lo tanto, y "refiriéndonos a personas cuyo consumo de estos productos suele ser ocasional, aumentar el consumo con respecto al resto del año, no tendrá un gran y grave impacto", tranquiliza esta profesional.

No obstante, de estas cantidades de embutidos deberían estar más pendientes las personas que sí suelen comer frecuentemente o recurrentemente este tipo de procesados. Por regla general, y en personas sanas que no tengan contraindicaciones, "la recomendación general suele ser no superar las 2-3 raciones a la semana, siendo cada ración de unos 40-50g", finaliza la exprerta. No obstante, "todo ello también dependerá de su calidad del embutido, dentro de lo que son este grupo concreto de procesados".